Amor, que llegaste a mi vida una noche cualquiera, de
improviso, sin tocar la puerta.
Amor, que llenaste mis días de luz, de sorpresas, de la
conquista más tierna.
Amor, que plasmaste aquel primer beso en mi alma junto con
el escalofrio que nunca dejé de sentir cada vez que me asalta su recuerdo.
Amor, que me enseñaste mucho de lo necesario para mis
siguientes años. Preparándome, sin saberlo ninguno de los dos.
Amor, que encontramos nuestra técnica de aprendizaje en el
reflejarnos.
Amor, que me llevaste de la mano a recorrer nuestros siete
infiernos.
Amor, que me hiciste arder en la hoguera más sublime de mi
alma.
Amor, que me acompañaste a crecer con vuelos y tropezones.
Amor, que me elevaste para conocer las nubes más distantes,
los arco iris más brillantes y las tormentas más furiosas.
Amor, que en tus ojos me mostraste un brillo sin igual, que
hubiera reconocido aún en la noche más
oscura.
Amor, que te desviviste por verme feliz aún cuando eso
significara lecciones tristes.
Amor, que en cada lágrima arrojábamos con recelo el orgullo
que nos separaba, poniendo en evidencia que la fuerza del amor que nos unía era
más poderosa que nuestros más terrenales vicios.
Amor, que en tu abrazo encontraba el descanso que un niño
necesita para dormir tranquilo.
Amor, que con cada rechazo reafirmabas la más extraña
admiración.
Amor, que irónicamente nos conocíamos más que a nosotros
mismos.
Amor, que nunca escatimamos en tiempos ni esfuerzos para
demostrarnos nada, o sí.
Amor, que fuiste mi gran maestro y aprendiz en todas las
artes del mundo que fuimos descubriendo.
Amor, que me enseñaste a hacer el amor con los seis
sentidos.
Amor, que grabaste a fuego en mi piel instantes eternos de
ternura, placer y lujuria.
Amor, que me enseñaste a compartir las cosas simples del día
a día.
Amor, que enlazaste nuestras almas para estar junto a mí,
protegiéndome y acompañándome incluso en la distancia de los abismos que nos
separaron.
Amor, que me permitiste ser parte de vos, de tu historia, de
tu camino, de tu aprendizaje, de tu sanación.
Amor, que aun en la sordera más necia me escuchabas
atentamente.
Amor, que en la indiferencia más fría de la soberbia y la
negación, con el tiempo supiste valorarme y absorber el cariño que ponía en
cada acción.
Amor, que juntos entendimos que separados era mejor.
Amor, que seguiste caminando a mi lado cuidándome,
procurando no caer en el abismo que elegimos como distancia.
Amor, que encontraste otro corazón para salir de tu soledad.
Amor, que tu presencia sigue conmigo en el recuerdo más
complejo y la incógnita más grande.
Amor, que nuestra ausencia confirmó la perfección de nuestra
elección.
Amor, que en este camino de una sola línea de pasos aún sigo
encontrando lecciones que me gustaría compartirte.
Amor, que en mis días más felices, tristes y en los más
raros seguís siendo la única persona que podría comprenderme, empatizando con
mi sentir y ayudándome a seguir, como el gran amigo del alma que fuiste.
Amor, que me hace feliz verte feliz, aunque sea, a lo lejos.
Amor, que desearía que un café nos volviera a juntar para reír
y llorar, para abrazarnos y darnos la mano con el sentimiento más fraterno que
pueda existir.
Amor, que me encantaría poder soltar tu recuerdo y tu alma así
como solté tu mano.
Amor, que muero por vernos volar bajo el mismo cielo
nuevamente pero esta vez juntos mas no atados.
Amor, que quizás quinientas noches no siempre son
suficientes.
Amor, que la incertidumbre no me permite sentir si sos vos,
si es el apego, si soy yo.
Amor, que esperé tantos años deseando verte sonreír como hoy
lo haces.
Amor, que te siento muy adentro pero no se bien dónde te
quiero.
Amor, que de vez en cuando me robas una lágrima.
Amor, que sólo tu corazón puede llegar a comprender cada una
de estas palabras.
Mag

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