Me gusta... compartir un paraguas, reírme sin saber porqué, ver los sobrecitos de mi messenger, recibir mails de amigos, que sepan qué estoy pensando, cantar (aullar), las risas de los niños, dos manos entrelazadas, leer, pasear, el helado, dormir. Mis ojos llorosos, la gente educada, los hombres sentimentales, los románticos, los divertidos y los de ojos profundos.
Las mujeres con carácter, mi mamá. Mi nombre. Observar, cada cosa a mi alrededor, sentir lo etéreo. Ver películas, retroceder en mi camino sólo por oler la flor de un árbol. Hablar, pasar de las lágrimas a las risas, pararme a pensar, sonreír al recordar, que mis ojos brillen, ser expresiva al hablar. Estar muy cansada, hablar pavadas y reírme sin parar. Me gustan todas las risas que no suenan a falsedad. Me gusta esa foto. Mirar a los ojos de la gente cuando les da el sol de frente, mientras me hablan, me escuchan. Ver filtrarse los rayos bajo el mar, que me piquen los ojos y la sal me tense la cara y me cubra las pestañas. La bondad de la gente mayor, su sabiduría, las comidas de mi abuela. Las miradas perdidas, las noches de verano, las tormentas, que jueguen conmigo en el mar. Me encantan las personas que saben que todo lo que hago tiene un motivo, y aquellas que se preocupan por encontrarlo. Los gruñones de buen corazón, que me acaricien la cara cuando lloro, las conversaciones hasta las cinco de la madrugada sin ganas de irme... Los planetas, las estrellas, el viento en la cara, la brisa de la tarde, la luna y el sol. Todas las miradas. Poner el posesivo “mi” cuando alguien me gusta. Que me cuenten cuentos, anécdotas, fábulas y mitos. Los hombres inteligentes, los tontos de buen corazón, los que van de bobos pero que en realidad son muy listos. Los libros, la gente que hace lo que quiere sin pensar en el qué dirán, la música del comienzo de las películas, conocer la letra de los demás, que me acaricien la nuca, acariciar la de la otra persona. La gente natural y la gente sin complejos, los que son feos y se adoran igualmente, las mujeres con sentido del humor, cantar a pleno pulmón, al oído bajito, a dos voces. Que una voz me llegue. Me gusta gustar. Que cumplan las promesas, la gente que pide perdón cuando se equivoca. Acostarme tarde haciendo nada, o leyendo, o hablando, o escribiendo. Escuchar, que me escuchen. Sentir que el mar me abraza, notar que el sol me quema. Que me digan que me quieren y que me extrañen cuando no estoy, la gente sin pelos en la lengua. Las personas que lo hacen todo por amor. Estar concentrada, reír mientras abrazo a una persona que hace tiempo que no veo. Inspirarme, que me inspiren. Los besos me gustan de todas las clases, en los labios, en el cuello, en la frente, en la cara, en sueños...
Recordar, que me recuerden, aprender, la sangría, que los mayores me cuenten la historia de su vida, viajar, ver fotos antiguas, las fotos en blanco y negro, su foto. Las manifestaciones de cariño de mis amigos, las de amor de él. Soñar despierta, la gente profunda, la química en general y la química que siento con alguien en particular, guardar recuerdos de mis historias de amor, las palabras amables dichas sin interés. Mis caricias favoritas, esas en las que me calma con besos y me retira suavemente, peinándome, el pelo de la cara para ver bien mis ojos. Que me abracen por la espalda, mi rebeldía, ser muy caprichosa a veces, cabezota y encantadora... El olor a tierra mojada, mis amigos, las confesiones. Lo que no se quiere decir pero que ya se está diciendo. Sus “no me pasa nada” cargados de total sinceridad y sentimientos. Y llenos de verdades y palabras salidas del alma. Las personas cariñosas, la complicidad del silencio, las miradas que me dicen todo, el orden, el despiste, los cumpleaños. Que me enamoren y enamorarme. Que sea recíproco.
Me gusta levantarme por las mañanas y ver que hay alguien a mi lado compartiendo mis sueños, me gusta sentir que una caricia me toca el alma, me gusta preparar el desayuno para dos, me gusta susurrar al oído (te amo, te necesito), me gusta leer en el atardecer de una playa, me gusta besar en los labios bajo una noche de estrellas y una brisa de verano apartados del mundo y a orillas del mar, que me lean de vez en cuando, me gusta escuchar a quien no se siente escuchado, no me gusta escuchar a los que siempre quieren ser escuchados, me gusta la música que me lleva a otros mundos, me gusta recibir un beso por la mañana, me encanta el chocolate, me gusta correr cuando hiere la tarde, me gusta abrazar por la espalda en secreto a la persona que más quiero, me gusta dejar un rastro de velas encendidas a alguien que se que me espera, me gusta cocinar, me gusta bailar entre las sabanas, me gusta hundirme en las caricias para bucear en las manos que me han dejado el alma viva.
Me gustan los mates, las infinitas horas compartidas con alguien sin percatarme del paso del tiempo. Hablar incoherencias con mis amigos y reirnos sin parar. Las almendras, la fidelidad de los animales, la naturaleza. Escalar una montaña, el cansancio al bajar, el silencio en la cima, sentir que no estoy sola. Los paisajes, las aves que me acompañan en el camino, escuchar música e ir en silencio a veces.
Me gusta lo simple y lo complejo que me hace pensar. Las pequeñas y grandes alegrías de la vida, de los días, los momentos distintos de la rutina cotidiana. Me gusta estar viva.
Las mujeres con carácter, mi mamá. Mi nombre. Observar, cada cosa a mi alrededor, sentir lo etéreo. Ver películas, retroceder en mi camino sólo por oler la flor de un árbol. Hablar, pasar de las lágrimas a las risas, pararme a pensar, sonreír al recordar, que mis ojos brillen, ser expresiva al hablar. Estar muy cansada, hablar pavadas y reírme sin parar. Me gustan todas las risas que no suenan a falsedad. Me gusta esa foto. Mirar a los ojos de la gente cuando les da el sol de frente, mientras me hablan, me escuchan. Ver filtrarse los rayos bajo el mar, que me piquen los ojos y la sal me tense la cara y me cubra las pestañas. La bondad de la gente mayor, su sabiduría, las comidas de mi abuela. Las miradas perdidas, las noches de verano, las tormentas, que jueguen conmigo en el mar. Me encantan las personas que saben que todo lo que hago tiene un motivo, y aquellas que se preocupan por encontrarlo. Los gruñones de buen corazón, que me acaricien la cara cuando lloro, las conversaciones hasta las cinco de la madrugada sin ganas de irme... Los planetas, las estrellas, el viento en la cara, la brisa de la tarde, la luna y el sol. Todas las miradas. Poner el posesivo “mi” cuando alguien me gusta. Que me cuenten cuentos, anécdotas, fábulas y mitos. Los hombres inteligentes, los tontos de buen corazón, los que van de bobos pero que en realidad son muy listos. Los libros, la gente que hace lo que quiere sin pensar en el qué dirán, la música del comienzo de las películas, conocer la letra de los demás, que me acaricien la nuca, acariciar la de la otra persona. La gente natural y la gente sin complejos, los que son feos y se adoran igualmente, las mujeres con sentido del humor, cantar a pleno pulmón, al oído bajito, a dos voces. Que una voz me llegue. Me gusta gustar. Que cumplan las promesas, la gente que pide perdón cuando se equivoca. Acostarme tarde haciendo nada, o leyendo, o hablando, o escribiendo. Escuchar, que me escuchen. Sentir que el mar me abraza, notar que el sol me quema. Que me digan que me quieren y que me extrañen cuando no estoy, la gente sin pelos en la lengua. Las personas que lo hacen todo por amor. Estar concentrada, reír mientras abrazo a una persona que hace tiempo que no veo. Inspirarme, que me inspiren. Los besos me gustan de todas las clases, en los labios, en el cuello, en la frente, en la cara, en sueños...
Recordar, que me recuerden, aprender, la sangría, que los mayores me cuenten la historia de su vida, viajar, ver fotos antiguas, las fotos en blanco y negro, su foto. Las manifestaciones de cariño de mis amigos, las de amor de él. Soñar despierta, la gente profunda, la química en general y la química que siento con alguien en particular, guardar recuerdos de mis historias de amor, las palabras amables dichas sin interés. Mis caricias favoritas, esas en las que me calma con besos y me retira suavemente, peinándome, el pelo de la cara para ver bien mis ojos. Que me abracen por la espalda, mi rebeldía, ser muy caprichosa a veces, cabezota y encantadora... El olor a tierra mojada, mis amigos, las confesiones. Lo que no se quiere decir pero que ya se está diciendo. Sus “no me pasa nada” cargados de total sinceridad y sentimientos. Y llenos de verdades y palabras salidas del alma. Las personas cariñosas, la complicidad del silencio, las miradas que me dicen todo, el orden, el despiste, los cumpleaños. Que me enamoren y enamorarme. Que sea recíproco.
Me gusta levantarme por las mañanas y ver que hay alguien a mi lado compartiendo mis sueños, me gusta sentir que una caricia me toca el alma, me gusta preparar el desayuno para dos, me gusta susurrar al oído (te amo, te necesito), me gusta leer en el atardecer de una playa, me gusta besar en los labios bajo una noche de estrellas y una brisa de verano apartados del mundo y a orillas del mar, que me lean de vez en cuando, me gusta escuchar a quien no se siente escuchado, no me gusta escuchar a los que siempre quieren ser escuchados, me gusta la música que me lleva a otros mundos, me gusta recibir un beso por la mañana, me encanta el chocolate, me gusta correr cuando hiere la tarde, me gusta abrazar por la espalda en secreto a la persona que más quiero, me gusta dejar un rastro de velas encendidas a alguien que se que me espera, me gusta cocinar, me gusta bailar entre las sabanas, me gusta hundirme en las caricias para bucear en las manos que me han dejado el alma viva.
Me gustan los mates, las infinitas horas compartidas con alguien sin percatarme del paso del tiempo. Hablar incoherencias con mis amigos y reirnos sin parar. Las almendras, la fidelidad de los animales, la naturaleza. Escalar una montaña, el cansancio al bajar, el silencio en la cima, sentir que no estoy sola. Los paisajes, las aves que me acompañan en el camino, escuchar música e ir en silencio a veces.
Me gusta lo simple y lo complejo que me hace pensar. Las pequeñas y grandes alegrías de la vida, de los días, los momentos distintos de la rutina cotidiana. Me gusta estar viva.
Mag

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