miércoles, 29 de mayo de 2013

*Quizás...*



Después de meses de ausencia y olvido, una chispa escondida despabila el fuego que se creía extinto, que no existía, quizás, ni en recuerdos.
Volver a sumergirse en la burbuja que te contuvo y te hizo tan feliz.
Sentirla vigente.
Sentirla irrigándose de energía mixta como antaño.
Sentir las sensaciones que te avivan el alma como entonces.
Sentir esa compañía incondicional que complementaba todo como nunca.
Sentir la agitación de esa respiración conocida.

Palpar los suaves trémulos de ese abrazo absorbente que te sorprende a cada instante.
Abstraerse de la realidad con cada mirada que amenaza tu estabilidad.
Descubrir un alma comprendida gracias al correr del tiempo.
Perder todo tipo de noción con un simple roce de labios.
Sentir miedo de las escenas pasadas aún sabiendo las diferencias.

Percibirse un novato inseguro a pesar de un baúl con vasta experiencia.
Pasar de la protección de un entorno conocido al incontenible deseo de un paracaidista de saltar al vacío, y encontrar la seguridad necesaria solo en una pequeña mochila en la que caben todos tus sueños.
Sentir el vértigo de arrojarte a la nada misma corriendo tras tus sentimientos e intuiciones.

Vivir el desapego del amor incondicional en aceptación… del verdadero amor. Ese que sólo desea ayudarte a ser la mejor versión de vos mismo, estés aquí junto a él, allá, con otra compañía o, quizás, en otra parte del mundo. Pero que el único deseo mutuo sea verse felices.
Nada quita las lágrimas, la tristeza, la ansiedad, ese ligero dolor de la distancia y el vacío. Aunque también es cierto que nada quita la felicidad y plenitud de saberse parte de los pasos que llevaron a ese bienestar.

Mientras tanto queda el trayecto… y puede que sea el tramo más difícil.
Ese de entender que formas parte de un mundo paralelo que normalmente no se llega a manifestar en el plano actual.
Ese en el que comprendes que sólo puedes obtener momentos reducidos extraídos de una rutina anhelada.
Que quizás usurpes los instantes “C” de felicidad de un “B” que por cuestiones de distancia no puede aprovechar hoy.
Que a lo mejor solo seas una alucinación que recuerda el oasis que hay como destino.
O quizás no…
Al fin y al cabo lo que importa es esa maravillosa noticia que esperas recibir algún día que te impregne de su felicidad.


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