Pero algo es
distinto. Idénticos encastres de llaves que abren a lo conocido, al deseo
vuelto cuerpos, a las miradas del alma. Ingenuos que pasan por sabios, dormidos
con ojos abiertos y respiraciones que dejan sin aire. Roces, aromas y recuerdos
que invaden el cuarto, y ellos allí, empapados del placer pero distantes,
conscientes aún más que nunca de la inconsciencia, vigentes en cuerpo y alma por
el dolor del ser vencido, amantes de la vida en su vida, del misterio que
encierran al ser uno, de la sonrisa que devuelve en cada día una imagen, un
sonido, tu presencia.
Pero algo es
distinto, no hay vencedores ni vencidos.
Pero algo es
distinto. La cama se hace inmensa en esta noche sin vos. El recuerdo en la piel
invade mi sueño, te busco en mi memoria como ayer en mi mano, ahí, al alcance
de una caricia que alivia el alma.
Pero algo es
distinto, la magia tiene momentos.
Pero algo es distinto.
Semejantes situaciones de momentos prófugos, idénticas sensaciones en
diferentes escenarios. Los mismos actores, nuevas tomas del drama romántico.
Pero algo es
distinto, el desenlace ya no es el esperado por el público. El protagonista no
se queda con la muchacha, ésta ya no termina llorando. El final feliz es
alternativo.
Pero algo es
distinto. Dominante y dominado. Amado y amante. Roles rotativos pero
desiguales. Vencedores y vencidos de una batalla sin final. Esquirlas de bombas
lanzadas al aire sin ánimo de perjudicar pero con un objetivo fijo. Daños
colaterales de acciones en nombre del amor. Heridas suturadas por el tiempo,
por los mismos combatientes e incluso por el adversario. Experiencias
enriquecidas de guerreros que por cobardes vuelven a la batalla.
Pero algo es
distinto, algunos soldados si vuelven a casa. Las contiendas terminan en paz.
Los capitanes no quieren volver a la carga.
Mag

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