Cada momento o situación por la que pasamos es
sencillamente perfecta y correcta para nosotros.
Lo positivo o negativo es sólo una calificación que
nuestra mente les otorga en su afán de intelectualizar las razones y los
"por qué", por no ser capaz en ese momento de comprender.
Sólo el tiempo logra ese entendimiento en nuestro ser, para que al final nos demos cuenta que simplemente estábamos yendo por el camino correcto. Deteniéndonos, quizás desviándonos a veces y aprendiendo lo necesario para poder valorar el final del recorrido, o por qué no, el comienzo de uno nuevo?.
El desafío está en aprender a amar cada instante de nuestra vida ya sea que lo acompañemos de sonrisas o lágrimas. Sin juzgarlo, sentir que les subyace un propósito desconocido e incomprendido, que de alguna manera extraña es lo que les da su encanto. Estar atentos a cómo va evolucionando y dejarnos fluir con la seguridad de que hay un guía invisible e interno que no nos dejará caer.
Y al final de cuentas
lograremos ver que todo fue correcto y perfecto para todos. Sólo el tiempo logra ese entendimiento en nuestro ser, para que al final nos demos cuenta que simplemente estábamos yendo por el camino correcto. Deteniéndonos, quizás desviándonos a veces y aprendiendo lo necesario para poder valorar el final del recorrido, o por qué no, el comienzo de uno nuevo?.
El desafío está en aprender a amar cada instante de nuestra vida ya sea que lo acompañemos de sonrisas o lágrimas. Sin juzgarlo, sentir que les subyace un propósito desconocido e incomprendido, que de alguna manera extraña es lo que les da su encanto. Estar atentos a cómo va evolucionando y dejarnos fluir con la seguridad de que hay un guía invisible e interno que no nos dejará caer.
Mag
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